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martes, 2 de abril de 2013

Papá está malito



Papá está malito.

Y es muy raro para mí reconocerle de esta manera, pero así es: está malito.

De pronto, ahora tiene carita de sueño, de día y de noche.  Nunca antes se la vi, por muy cansado que se encontrase.  Ahora se nota que apenas duerme.

De un día para otro, me parece como si hubiera envejecido décadas.  El rostro, cansado.  Las arrugas, más marcadas.  Los ojos, más chiquitos.  La sonrisa, resignada.  El semblante, preocupado.

Hay una chispa especial que siempre estuvo en él y que ahora no encuentro...  Aunque a lo mejor estaba en mi mirada y soy yo la que la he perdido...



Mi papá está malito.  Ése que se marcó tantas juergas con el destino.  Ése para el que nada parecía ser demasiado serio, urgente o preocupante.  Ese que fue (y es) mi papá está enfermito. 

A pesar de todo, su actitud guerrera nunca decae: "¡Nada de esto va a poder conmigo!" asegura.  Y, para mi asombro, así es: continúa librando arduas batallas y ganándolas con elegancia: enfrentándose en lucha directa con enemigos bien armados y saliendo airoso de la contienda, pese a los adversos pronósticos.  Y aprende con naturalidad a hacerse una vida nueva con grandes cambios a nivel físico y psicológico, como un viejo pirata mutilado que sigue apreciando ese brazo que le queda en su sitio en lugar de lamentarse por el que ha perdido.  Nunca tira la toalla.  Le gusta demasiado la fiesta y el jolgorio de la vida.

Aún le queda un duro camino por delante.  Ahora llega otro arriesgado combate en el que tendrá que lidiar con otros peligros y ser fuerte, más fuerte que el enemigo.  Será doloroso para mí contemplar su nuevo uniforme: su rapado de soldado raso, que ya lució un día, hace muchos años.  Seguro que también le resulta doloroso a él.

Pero yo confío -porque nunca termino de acostumbrarme- en que, aunque nunca vuelva a ser el de antes, triunfe también en esta batalla y salga victorioso de toda esta guerra, sin más arma que su sonrisa, su alegría y su mirada llena de picardía.

Confío en que mi papá se cure y deje de estar malito.








6 comentarios:

  1. Mucho animo y fuerzas para ese campeón que tienes por padre, me has hecho llorar mucho recordándo al mío... gracias!

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    1. Muchas gracias a ti por tus ánimos y tu apoyo. Me alegra saber que te has emocionado... Un beso enorme

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  2. Cariño...tengo ganas de abrazarte, mucha fuerza. Cuenta con toda mi ayuda cuando tengas que recuperar fuerzas, enfurecer, llorar, hablar, reír y todo lo que necesites para pasar este tramo, que pasará y pasará para superar, para crecer y evolucionar. Todo saldrá bien.

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    1. Muchas gracias, Malena Cocinillas. Me encanta saber que estás ahí.

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  3. Un abrazo, mi niña, de los gordos y apretaos. Espero que gane la guerra.

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    1. Eso espero yo también, An.

      ¡Aaaay, recibido y muy sentido ese abrazo!.

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