En esencia
La que escribe
- Esa niña que vive dentro de mi
- "Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan.)". El Principito.
Si quieres contarme algo...
Lo escrito
Aquí se habla de todo esto:
- apego (5)
- cambiar el mundo (5)
- casualidades (2)
- compañerismo (3)
- cosas que escribía la niña (4)
- creaciones (7)
- cuentos (6)
- educación (5)
- esperanza (5)
- familia (11)
- La mamá (4)
- la mujer (9)
- La niña (11)
- maestro (2)
- mamá (4)
- música de mi infancia (2)
- otros niños grandes (4)
- papá (4)
- poesía (2)
- premios (3)
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- recuerdos (11)
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miércoles, 12 de diciembre de 2012
Regreso... y también emprendo.
Regreso. Vuelvo a esta madriguera, al hogar que hice mío hace ya algún tiempo y que terminó de cobrar vida gracias a vuestra presencia, a los que aterrizásteis aquí por "casualidad" (cuánto me gusta esta palabra...) y a los poquitos conocidos que han ido siendo progresivamente invitados a compartir estos retazos de mi intimidad. Regreso, después de este largo suspiro temporal, a esta página que es también un trocito de mí.
Retorno con fuerzas renovadas; con algo más del aprendizaje adquirido que te da la vida y las diferentes experiencias; con más contacto que nunca -si cabe- con esa niña que fui un día y cuyas vivencias y emociones aún laten en mí.
Como ya comenté aquí -en el texto que escribí para presentar este blog y a la que escribe-, a lo largo de los años acostumbré a sembrar muchas páginas y blogs a través de diferentes tierras del ciber-espacio. Y, quitando excepciones (por ejemplo, el primer espacio que empecé hace ya la friolera de doce años, el más entrañable y al que fui más fiel y constante durante años) lo más común fue que los acabase abandonando al poco tiempo y me temo que también olvidando en la mayor parte de los casos. Pero no es eso lo que me ha sucedido con este blog... y es que lo he tenido presente durante todos estos meses de silencio y ausencia por mi parte. No en pocas ocasiones he escrito aquí tan sólo de pensamiento, ante casi cualquier acontecimiento importante o simplemente "interesante", que de esos hay millones a diario: sucesos que te llevan a reflexionar, a llegar a diferentes conclusiones, certeras, sensatas o absurdas; a establecer monólogos interiores que poder trascribir más tarde en letras... Tantas veces me he prometido poner en palabras esos pensamientos, esas sensaciones "en cuanto llegue a casa"... Pero no he atrapado a las musas ni jamás las he obligado a trabajar bajo presión, de manera forzada. Así que, aquí seguía el blog sin actualizar, a pesar de continuar creando y escribiendo sólo para mí y por placer propio, como siempre he hecho desde la primera vez que cogí un lápiz entre mis dedos... Sabía que regresaría. No lo dudé ni un solo momento, aunque enfrentarme a este primer escrito de retorno se tornara, para mi asombro, en un camino arduo que al fin finalizo, derrotando así a la pereza imperante hasta la fecha.
Y es que en esta última época he vivido algunas aventuras que han acaparado mi tiempo y energías, todas ellas emocionantes, tratándose casi de caras opuestas de la misma moneda: por un lado, la claridad de un verano sobrevolando las estrellas, acompañada cómplicemente por otros niños del país de Nunca Jamás, montando habitualmente nuestra casita de caramelo a las orillas de distintas playas de un mismo mar, y jugando en el interior de esa casita bajo el sol, bajo la luna... Por otro lado, la oscuridad de una vivienda fría y seca, con altas rejas negras y afiladas en la entrada; mansión presidida por la Bruja Mala del cuento, empuñando su bastón ante la mirada de un grupo de niños temerosos y tristes.
Cuentos de claridad y oscuridad que ya acabaron, como las experiencias laborales que fueron y que -sobre todo en los tiempos que corren- siempre acaban... y que resumen estos últimos tiempos de mutis por mi parte. Ahora, de nuevo sin empleo conocido y con las pilas cargadas, regreso: regreso a esta mi pequeña guarida, a mi espacio; y emprendo, entre otras, alguna nueva aventura... que, además, intuyo que va a ser la más grande.
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:) me alegra mucho leerte, mucho! por aquí también seguimos a la espera de nuevas letras para leerte, un abrazo!
ResponderEliminarA mí sí que me alegra volver a leerte, y que además seas tú precisamente la primera en comentar. Pero... te he estado buscando y ahora aparece como que ¡tu blog no existe!. :SSSSSS Eso sí, al entrar a tu perfil de Google +, me remite a un reportaje donde cuenta que fue censurado. ¿Cómoooo?. ¿Qué ha pasado?. Te apoyo a muerte, Nayra. Un beso enorme.
Eliminar¡Bienvenida (again)! ;-)
ResponderEliminar¡Gracias, maestro!. Un beso
EliminarMe alegro muchísimo de que te hayas animado a regresar. Estoy deseando leerte de nuevo.
ResponderEliminarUn beso!
Sí, nunca me fui en realidad... pero, como cuento aquí, me apetecía muchísimo manifestarme de nuevo, y acompañaros al resto. Gracias siempre por hacer esta casita más acogedora.
EliminarUn beso grande
Estupendo blog, me ha gustado mucho, es bueno haberlo descubierto justo cuando su autora regresa al mundo de los blogs.
ResponderEliminarUn saludo
Oliver
Muchas gracias por tus palabras y por tu visita, Oliver. Serás bien recibido cada vez que quieras regresar por aquí, ya que de "regresar" va esta entrada.
EliminarSaludos.